La neutralización de las toxinas es muy importante porque desempeña un papel importante en la prevención de muchos cánceres en los que los oncogenes provienen del medio ambiente (contaminantes, alimentos, humo, etc.).
Con la misma exposición a las toxinas, el riesgo es mayor para aquellas personas que presentan una desintoxicación incompleta. Comer de manera saludable y poner nuestras vidas en una forma respetuosa con el medio ambiente sin duda ayudará a reducir muchos riesgos.
Sin embargo, esto puede no ser suficiente porque las fuentes tóxicas no solo están fuera de nosotros, sino también en nuestro interior y, por este motivo, la desintoxicación del hígado y todos los órganos excretadores deben proceder de la mejor manera.
Pero, ¿cuáles son las formas naturales de permitir que el cuerpo se purifique y equilibre?
Remedios naturales para purificar el cuerpo.
Hay muchas soluciones disponibles en Naturopatía. El cardo mariano es un antioxidante específico del hígado; El diente de león, la alcachofa y el romero son otro ejemplo indicado para el drenaje real del hígado, aumentan la secreción y el flujo de bilis, que tiene la tarea de eliminar las toxinas que el hígado ya ha neutralizado.
El tratamiento del intestino también es de gran importancia, ya que la flora bacteriana disbiótica transforma muchas toxinas presentes en el tracto intestinal, aumentando su nocividad, además de ser un productor de toxinas.
¿Cómo entender si nuestro cuerpo necesita ayuda?
Hay una buena probabilidad de que la desintoxicación fisiológica del cuerpo necesite ayuda cuando ocurran las siguientes acciones:
- exposición a toxinas ambientales (contaminación, humo, solventes químicos);
- uso de drogas (especialmente píldoras anticonceptivas y antibióticos);
- Ingesta insuficiente de vitaminas y minerales con los alimentos;
- ingesta de alcohol y drogas;
- mala función intestinal, disbiosis;
- problemas de la piel (eccema y urticaria, acné, psoriasis, picazón sin causa específica);
- dolores de cabeza frecuentes;
- cansancio constante
- intolerancias alimentarias;
- mal aliento;
- náuseas;
- digestión lenta;
- falta de apetito al despertar;
- somnolencia después de las comidas;
- Dificultad para concentrarse.
En cualquier caso, cada cambio de estación favorece la expulsión de toxinas acumuladas durante el período invernal y, por lo tanto, actúa en consecuencia para mejorar la desintoxicación de forma natural y protege el estado de equilibrio y, por lo tanto, la salud.