
Las emociones se han definido como reacciones afectivas que surgen repentinamente en respuesta a estímulos ambientales externos que nos afectan. La diferencia que los distingue de los sentimientos es que no dependen de un estímulo externo sino de nuestros intereses en general.
Hay cinco emociones principales: miedo, ira, alegría, preocupación, tristeza.
La utilidad de las emociones consiste en permitirnos evaluar de inmediato si nos gusta o no un estímulo, si puede ser útil o perjudicial, si podemos enfrentarlo o escapar. Las emociones, cuando aparecen en nosotros, causan una serie de reacciones a nivel somático y vegetativo.
Las respuestas somáticas pueden observarse directamente y consistir en rubor, temblor, sudoración, respiración más rápida, la pupila puede cambiar su tamaño.
Las respuestas vegetativas no son controlables y solo se pueden medir con un equipo especial y consisten en aceleraciones del ritmo cardíaco, aumento de la presión, alteraciones en la salivación, en la secreción de las glándulas y conductancia de la piel.
Según la medicina tradicional china, cada emoción está directamente conectada a un órgano de nuestro cuerpo y, si persiste durante mucho tiempo, puede alterar su correcto funcionamiento.
Vínculos entre emociones y órganos.
> Miedo - Riñones
> Ira - Hígado
> Alegría - Corazón
> Preocupación - Estómago
> Tristeza - Pulmones
Pero específicamente, ¿qué puede ser tan poderoso como para alterar la función de nuestros órganos vitales?
Siempre, siguiendo la medicina tradicional china, este poder es la ENERGÍA contenida en las Emociones.
Cada vez más numerosos estudios destacan la importancia de poder comunicar las emociones, tanto verbalmente como a través de gestos corporales.
La incapacidad para hacerlo constituye un trastorno real, responsable del origen de las patologías psicosomáticas, que incluyen ansiedad, enfermedades de la piel, algunos trastornos gastrointestinales, algunas formas de diabetes, asma, trastornos de la alimentación ...