Microplásticos en el cuerpo humano.
Cada año, cada uno de nosotros ingiere alrededor de 32 mil microplásticos : trozos microscópicos de plástico que terminan en los alimentos que comemos, en el agua que bebemos o en el aire que respiramos. Esta impactante evidencia científica proviene de investigaciones publicadas en Enviromental Science & Technology, reportadas por la agencia de noticias Agi.
Pruebas adicionales provienen de un estudio realizado por la Universidad de Medicina de Viena, en colaboración con la Agencia de Medio Ambiente de Austria: se analizaron las heces de ocho personas y se encontraron nanopartículas de plástico en todas ellas . Como explica National Geographic, se trata principalmente de PET (tereftalato de polietileno) y PP (polipropileno), que se utilizan en la ropa y en el envasado de alimentos.
La muestra aún es muy pequeña, pero es suficiente para dar lugar a varias preguntas, por ahora sin respuesta. Uno de todos: ¿ podrían los microplásticos terminar en la sangre, en el sistema linfático o en el hígado?
Microplásticos en los alimentos.
Cada adulto, en promedio, ingiere alrededor de 2 mil microplásticos cada año en la sal de cocina común. Decir que es un estudio publicado en Environmental Science & Technology.
El equipo, compuesto por investigadores de la Universidad Nacional de Incheon (en Corea del Sur) y Greenpeace East Asia, analizó 39 marcas diferentes de sal en varios países del mundo. Como señala Quartz, solo tres (de Taiwán, China y Francia) estaban libres de microplásticos .
Además de la sal, otros alimentos en los que se han encontrado microplásticos son los moluscos, el pescado, la cerveza y el agua del grifo .
Microplásticos y contaminación.
Alrededor del 6% del plástico que comemos cada año proviene de la sal . La razón es lineal: la sal no es más que el resultado de la evaporación del agua, la misma agua que envenenamos con los desechos que terminan en el mar. Esta comida, por lo tanto, puede considerarse como una prueba de fuego del estado de salud de nuestro planeta.
Aún más preocupante es el hecho de que otro 80% de los microplásticos terminan en nuestros cuerpos por el aire que respiramos . Lo cual, como es evidente, no podemos evitar de ninguna manera.
La principal preocupación, aún en el estudio de los científicos, está relacionada con el hecho de que las sustancias tóxicas contenidas en los microplásticos, como los contaminantes orgánicos persistentes (Pop), pueden tener consecuencias en nuestra salud.