
La vitamina C es una vitamina soluble en agua esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Desafortunadamente, el hombre no es capaz de sintetizar esta importante vitamina por sí mismo, por lo que necesariamente debe introducirla a través de la nutrición .
La vitamina C tiene funciones importantes en nuestro cuerpo, entre ellas solo queremos recordar el papel tan importante que desempeña en la promoción de la absorción intestinal de hierro mediante la reducción del hierro férrico (Fe3 +) en el hierro ferroso (Fe2 +), que se asimila fácilmente.
Pero cuando hablamos de la vitamina C no podemos dejar de referirnos a su acción protectora contra el resfriado común. Aunque los estudios han demostrado que la vitamina C no tiene un efecto significativo en la incidencia de resfriados, numerosos estudios han demostrado que puede reducir la duración y la gravedad de la gripe.
Además, las personas que toman poca vitamina C de los alimentos se benefician de la suplementación de esto durante los estados de gripe. Existen numerosos estudios que muestran que la vitamina C promueve las funciones del sistema inmunológico .
En primer lugar, la vitamina C participa en la síntesis de prostaglandinas y citoquinas. Además, se ha demostrado que la vitamina C, si está presente en altas concentraciones en los glóbulos blancos, se usa en las primeras etapas de las infecciones.
Una concentración reducida en el plasma, por otro lado, reduce la respuesta inmune; Además, la deficiencia de vitamina C reduce la capacidad de los neutrófilos para matar las bacterias y la actividad citotóxica. Otro aspecto importante es la acción antioxidante que la vitamina C del plasma y las membranas celulares, protege la vitamina E y previene el daño tisular resultante de la acción de las sustancias oxidantes.
La vitamina C se encuentra en las verduras frescas, kiwis y frutas cítricas, pero también se encuentra en el hígado, riñón, leche, huevos, pescado, queso, cereales y derivados. La pérdida de vitamina C se produce cuando los alimentos se exponen al aire durante mucho tiempo o se almacenan en recipientes de cobre que favorecen su oxidación.
Incluso cocinar puede llevar a la pérdida de esta vitamina. Para remediar esto, simplemente cocine la comida en un poco de agua en poco tiempo y en recipientes cerrados. La dosis diaria recomendada de vitamina C es de 60 mg en adultos, una dosis que aumenta en los fumadores ya que fumar cigarrillos reduce los niveles de vitamina C en la sangre.