Los beneficios del esquí: g es tónico, abdomen listo, trabaja en la concentración, el equilibrio, la respiración y el control.
El esquí, también practicado a un nivel básico y no competitivo, promueve la capacidad pulmonar, que aumenta exponencialmente.
Por lo general, la calidad del aire que respira es muy buena, ya que se encuentra en plena naturaleza y a gran altura.
Sin embargo, siempre es bueno proteger las vías respiratorias para evitar el enfriamiento o los síntomas de la gripe que podrían ser costosos en las pendientes. La ganancia también es en términos de estética y mejora de la línea: una hora de esquí consume aproximadamente 400 calorías, incluso en el caso de una actividad normal y no excesiva.
El esquí mejora la propiocepción y la familiaridad general con el cuerpo debido al movimiento coordinado de brazos y piernas y gracias a la atención constante a la posición de la pelvis.
También aumenta la producción de glóbulos rojos y hemoglobina con la consiguiente renovación de la sangre y el aumento de la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos.
La masa muscular está generalmente más tonificada y también beneficia el estado de ánimo, que se ve afectado positivamente. Finalmente, moverse en la naturaleza nevada es muy bueno para el cerebro.
Esto libera a la mente de cualquier estrés diario y las capacidades generales de fuerza del cuerpo humano aumentan considerablemente.
Para disfrutar de todos los beneficios de este deporte es necesario evitar descuidar algunas precauciones básicas: siempre es recomendable adoptar protecciones , elegir la pista de acuerdo con las habilidades de cada uno, medirse siempre con las energías que uno tiene en ese día en particular, no llegar a las pistas ayuno de cualquier otra actividad física.
Y en este sentido, conocer y practicar la presciistica básica es un buen hábito, útil de año en año.
Entrenamiento para esquiar
La actividad presciistica contempla un entrenamiento funcional con o sin carga y gradualmente amplificada. Un cuerpo libre se utiliza para realizar una serie de movimientos técnicos clásicos, como sentadillas, curvas, flexiones y saltos .
Por lo general, se combinan con el calentamiento a través de una actividad aeróbica, ya sea correr o una bicicleta de ejercicio. Durante el esquí, la espalda está muy estresada, por lo que debe fortalecerse trabajando en los músculos paravertebrales, con el consiguiente trabajo también en el centro abdominal.
Con un centro motor fuerte, se evitan muchas lesiones: la fuerza, la flexibilidad y la movilidad articular son los factores para trabajar.
Al mismo tiempo, deben evitarse las sobrecargas excesivas en todos los sentidos, especialmente en la articulación de la rodilla, que es muy delicada y compleja, algo estresada al descender.
Las piernas y la pelvis deben entrenarse en el sentido de la tonificación y no de una carga excesiva.