Meteorito es un mal antiguo
El término meteoropatía proviene del griego pathos (enfermedad) y meteoros (lo que está en el cielo). Esta es una condición conocida desde la antigüedad; Ya los griegos y los romanos habían identificado algunas condiciones meteorológicas capaces de condicionar el estado de ánimo, las sensaciones y las emociones.
Entre los siglos XIX y XX, la psicología francesa y alemana investigó a fondo el trastorno y lo describió como una patología del carácter.
Actualmente, la meteoropatía se entiende principalmente como una hipersensibilidad a ciertas condiciones climáticas, por ejemplo, cambios repentinos de temperatura o humedad o la aparición de ciertos fenómenos atmosféricos: viento fuerte y tormentas eléctricas, por ejemplo.
Descripción de la meteoropatía.
Los meteorópatas están sujetos a síntomas molestos que incluyen cambios de humor, fatiga, ansiedad, nerviosismo, insomnio, dificultad para concentrarse y dolores de cabeza relacionados con un cambio en la atmósfera. A veces lo anticipan, es decir, puede ocurrir que las personas meteoropáticas tengan síntomas que anuncian cambios en la atmósfera.
Cuando ocurre un cambio repentino entre una temporada y otra, y pasamos, por ejemplo, del verano a los típicos días de otoño, el meteorópata puede sentirse aburrido, triste y descargado. Por lo general, estos síntomas aparecen unos días o unas horas antes del cambio climático, alcanzan una fase aguda y finalmente comienzan a desaparecer gradualmente con el fin del cambio climático o con la llegada de un fenómeno climático opuesto al que causó el malestar.
La meteoropatía, especialmente en su fase aguda, está probablemente relacionada con una producción reducida de adrenalina, noradrenalina y serotonina, hormonas que, cuando se producen adecuadamente, ayudan al cuerpo a defenderse de los estímulos estresantes.
También hay una meteoropatía secundaria, que puede estar relacionada con enfermedades degenerativas, respiratorias o cardiocirculatorias; Por ejemplo, en aquellos que sufren artrosis, asma bronquial o trastornos de la circulación cardíaca, los cambios climáticos repentinos causan un agravamiento inmediato de los síntomas de la patología primaria.