Como profesor, uno de los conceptos que a menudo me encuentro al aclarar sobre el yoga es lo que hace que esta disciplina sea diferente de pilates, de gimnasio suave, a cualquier forma de estiramiento.
Si muchas posiciones o movimientos imitan a los de las disciplinas mencionadas, ¿por qué insistimos en insistir en que el yoga no es gimnasia?
Porque (para dar ejemplos) el yoga no nace y no apunta al tono físico y requiere practicar mucho más que copiar los movimientos del instructor; involucra a todo el ser humano y lo invita a investigar las profundidades de su mundo interior ; finalmente, aspira a alcanzar una conciencia cada vez mayor de uno mismo y de la propia realidad .
Está claro que estamos lidiando con una práctica completamente diferente en comparación con la clase de gimnasia en el gimnasio. Una práctica que funciona en nosotros, en nuestra mente y en nuestras emociones .
Vive las emociones yóguicas.
Al carecer del yoga de las asanas, saludos al sol, prácticas más dinámicas, nos encontramos ante una disciplina que nos invita a sentarnos y observar nuestra respiración . Simple?
Trate! Tan pronto como hayamos cruzado las piernas, cerrado los ojos y sintonizado nuestra atención al flujo del acto respiratorio, se dará cuenta de lo intenso y aparentemente este ejercicio aparentemente banal. La respiración es, de hecho, la forma más inmediata y directa de conectarnos con nuestro "interior", donde todas las emociones que sentimos aumentan.
Tomar conciencia de las emociones, observarlas, aprender a aceptarlas son pasos en un viaje que dura toda la vida.
El yoga nos invita a separarnos de la agitación de las emociones, Para calmar los flujos perpetuos de modificaciones mentales.
Las asanas, la meditación, el pranayama son todas herramientas que te ayudan a alcanzar este difícil objetivo: ¿cómo podemos examinar el fondo del mar, si la tormenta lo altera? Es esencial que las olas se calmen y que el agua regrese tranquila y transparente. Del mismo modo, así funciona para nuestra mente, constantemente agitada y fluctuante.
Estamos acostumbrados a los pensamientos que saltan en nuestra mente, sin cesar; a imágenes que se superponen, a juicios que se verbalizan a cada momento. Todo este trabajo que, como saben, nunca cesa, puede volverse agotador y obsesivo. Por lo tanto, lo invitamos a tomar conciencia de ello ya probar caminos que lo ayudarán a desarrollar la paciencia y recuperar la respiración.
El yoga es uno de ellos, y si te dejas envolver por la práctica, será un verdadero bálsamo para tu estado emocional y mental.
Trate!
Un hábito excelente para nuestra salud emocional.
Sabemos lo confuso que puede ser ponerse en contacto con la vida interior de una manera directa y profunda. La propuesta de yoga, desde este punto de vista, puede decirse que es casi revolucionaria en un mundo que ha hecho de la corriente de la superficialidad sus puntos cardinales.
El modo de vida occidental rara vez ofrece oportunidades para la introspección y el silencio interior, por lo que el ruido emocional dentro de nosotros a veces es ensordecedor.
Por esta razón, creemos que, entre otras cosas, la práctica del yoga es tan saludable para los hombres del siglo XXI: nos ofrece una oportunidad muy valiosa para ponernos en resonancia con nuestra vibración interna y propone una manera de conectarnos con nuestras emociones de una manera Lúcido, seguro y equilibrado.