La fatiga del dolor.
Hay innumerables ejercicios para el dolor de espalda. Existen tratamientos, curas, antiinflamatorios y cremas. También hay hielo.
Los remedios más variados se utilizan para detener una situación crítica y poder comenzar con la vida cotidiana.
El dolor de espalda es debilitante, todo se vuelve agotador, incluso los gestos más simples se hacen más lentos e inciertos. Mudarse se convierte en un reto y la calidad de vida se ve comprometida.
Es raro encontrar a alguien que no haya sufrido de ella a veces. Afecta a todas, o casi a todas, personas sedentarias y activas. Aquellos que no practican deporte aducen el dolor a la falta de movimiento, mientras que los que son adictos a la actividad física creen que han hecho esfuerzos excesivos o no han ejercitado lo suficiente. En realidad, tener una espalda sólida y músculos desarrollados no garantiza la ausencia de dolor.
El dolor de espalda no es una enfermedad, pero es un efecto de algún desequilibrio que se ha producido en el cuerpo. Los factores que entran en juego son innumerables, a menudo dictados por los estilos de vida agitados a los que nos vemos obligados hoy.
Escucha tu cuerpo
La forma en que se trata el cuerpo de uno es inseparable de cómo uno enfrenta todos los otros aspectos de la existencia. Es más que legítimo no querer sentir más dolor, eliminar una "postura incorrecta", pero la actitud puede ser diferente. Una cosa es simplemente querer erradicar, sofocar un síntoma, otra es comprometerse con lo que quiere lograr en la vida y aprender a usar su espalda, su cuerpo de una manera que sea funcional a lo que quiere lograr.
Moshe Feldenkrais escribió: "El uso que hacemos de nosotros mismos es el mejor que nuestros medios nos permiten en ese momento".
Nuestros movimientos son dictados por nuestros hábitos y cómo nos percibimos a nosotros mismos, nuestra autoimagen.
En las lecciones del Método Feldenkrais, gradualmente aprendes a percibir tus movimientos de una manera nueva, y la idea de que hacer nuestro mejor esfuerzo para hacer un gran esfuerzo está completamente anulada. Lo que importa es la calidad de lo que hacemos, no el esfuerzo que producimos. Crecemos siguiendo reglas, obligaciones de no romper, prohibiciones, teniendo que responder a las expectativas de los demás. Todo esto no tiene en cuenta lo que simplemente somos. De hecho, nos olvidamos de nosotros mismos, gracias a la idea de tener que ser perfectos. El Método Feldenkrais® se refiere a vigilar y cuidar nuestra esencia más profunda.