¿Cómo surgió la macrobiótica?
El término Makrobios fue utilizado por primera vez por Hipócrates en el siglo quinto antes de Cristo.
El padre de la medicina occidental lo usó en su ensayo para describir a un grupo de jóvenes sanos y longevos. Hipócrates reiteró la importancia de una vida saludable, que está en armonía con el medio ambiente, y de una dieta correcta basada en la elección y la preparación cuidadosa de los alimentos.
Su filosofía se puede resumir en un aforismo: "Convierta la comida en su medicina y la medicina en su comida".
Otros autores clásicos, como Heródoto, Aristóteles, Galeno y Lucian, usaron el término macrobiótico en referencia a la salud y la longevidad.
En tiempos más recientes, la macrobiótica encontró un portavoz en el alemán Hufeland, el médico de Goethe.
Dedicó su vida a la promoción de una dieta simple basada en cereales y verduras, advirtiendo sobre la peligrosidad de la carne y el azúcar, recomendando la lactancia materna y la práctica de ejercicios físicos y abogando por la autocuración .
En el siglo XX, ayudó a revivir la concepción dinámica del cambio, Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, según el cual las dos energías básicas son la libido y la tanatos, el instinto de la vida y el instinto de muerte.
En el hombre equilibrado estos dos impulsos fundamentales se compensan mutuamente; en el enfermo se bloquea y se produce una neurosis.
El concepto de macrobiótica no es un concepto abstracto sino una realidad viva.
Partiendo de las primeras culturas y civilizaciones que florecieron en este planeta, se practicó generación tras generación: contemplando dieta y sueño, actividad y descanso, pensamiento y sentimiento.
El espíritu macrobiótico es inseparable del servicio a los demás, como individuo y como comunidad, de la familia y de la sociedad.
La macrobiótica no es una filosofía nacida en un período dado, pero tiene un propósito universal, considera complementarios todos los antagonismos, reconoce que nuestro conocimiento y nuestra práctica no son estáticos, siempre iguales sino dinámicos, siempre en continua evolución.